Hoy estamos de enhorabuena en el Proyecto HUGES, presentamos la colaboración de Joan Carles March Cerdà @joancmarch: Liderazgo con h-alma, para humanizar la gestión sanitaria.
Es un gran honor contar con su participación para engrandecer nuestro proyecto. Muchas gracias!
Si de alguien será el futuro de nuestros servicios sanitarios será de las PERSONAS, así, con P mayúscula: la P de Paciente, la P de Profesional y la P de Personas. En esa línea, estamos asistiendo a un cambio de paradigma mundial donde las personas resurgen como centro de un sistema sanitario que necesita mejorar su diseño. Un movimiento que pone de manifiesto la necesidad de escuchar y atender no solo a las personas enfermas, sino también incluir a sus familias como agentes curativos y cuidar a los profesionales, para que puedan desempeñar su trabajo en las mejores condiciones posibles.
Cuidar a todas las partes que conviven en el sistema sanitario a diario es una necesidad y el camino hacia la construcción de una sanidad excelente, y nos obliga a todos a enfocar en los problemas particulares de cada protagonista, dar respuesta a sus necesidades y comprender que el equilibrio depende del bienestar de todos los implicados, y que es responsabilidad de todos también. Se hace indispensable la responsabilidad moral de los profesionales orientada a una asistencia excelente y la formación insuficiente repercute en los enfermos y sus derechos. Es necesario superar el distanciamiento entre humanismo y ciencia, ya que no puede existir una asistencia digna sin ser una asistencia humanizada. La atención humanizada sería, probablemente, el primer paso para alcanzar el éxito y la calidad asistencial en un servicio de salud, donde los pacientes, en esta nueva era, quieren y desean tener un nuevo protagonismo.
En este entorno, un papel fundamental lo tienen los y las profesionales. El 96% de los trabajadores afirma que el bienestar laboral influye en su rendimiento, aumentando su productividad laboral. Del mismo modo, los factores emocionales son los que más importancia tienen para su bienestar laboral, seguidos de los factores físicos, sociológicos y organizacionales. Por tanto habrá que incidir en las dimensiones del Bienestar Laboral identificadas como más relevantes para los empleados que son: las condiciones laborales (modelo de relación laboral, salario, estabilidad, conciliación vida profesional – vida personal, etc); la organización y los procesos; el clima laboral y emocional; la formación y desarrollo profesional y personal; el liderazgo (relaciones entre los líderes de las unidades y el equipo, junto a la gestión del equipo de trabajo, la toma de decisión y de reconocimiento, la participación) y la comunicación interna. Y trabajar para minimizar la desmotivación (el desconocimiento, la incertidumbre, la amenaza, el conflicto, la tensión), quitando miedos, estableciendo metas claras, diseñando una imagen de futuro concreta, a partir de unos valores, entre los que la autonomía profesional tiene que tener un papel central. Es necesario, por tanto, cuidar la motivación de los profesionales,cuidando especialmente el respeto profesional, la coherencia de los sistemas de evaluación del desempeño y el sentido de pertenencia y el orgullo de trabajar en el centro. Para ello es necesario compartir el modelo de centro sanitario que quieren los profesionales y necesita la comunidad.
Ante la des-motivación de los equipos, es necesario trabajar, entre otros aspectos, el clima emocional y el liderazgo, de la gestión humanizada. En el modelo contrastado de los cuatro círculos de McClelland (1975), junto con el perfil de motivaciones básicas y los requerimientos del puesto, el clima de un equipo está condicionando entre un 30 y un 40% sus resultados y el 60%-70% lo marca el tipo de liderazgo. Si observamos las dimensiones de liderazgo mejor evaluadas de los responsables de las unidades de gestión clínica, éstas son el grado de información, la definición clara de las funciones, las oportunidades de participación y el apoyo que confieren. Por otra parte, el clima emocional se puede agrupar en tres núcleos: RELACIONES INTERPERSONALES, IDEA de PROYECTO COMPARTIDO y SENSACIÓN de SER VALORADO y RECONOCIDO por los DEMÁS. Existe por tanto una relación entre liderazgo de una unidad y el clima emocional que dicen los profesionales de la misma, en el sentido de que los profesionales demandan que quien les lidere, refuerce, apoye, dé confianza, informe y potencie la participación.
Y ligado al clima emocional, es fundamental el papel de los líderes. Los/as líderes emergentes en este cambio de épocabuscan una serie de oportunidades en situaciones de presión, saben cómo superar las dificultades y se preocupan por el progreso de los miembros de su equipo de trabajo. Y este liderazgo emergente aparece cada vez con más fuerza en el mundo de internet, de la hiperconectividad, de la rapidez, de la volatilidad,… donde la ciudadanía busca en internet sobre temas de salud y ante este hecho creciente e imparable, es fundamental desde los profesionales sanitarios prescribir links, blogs, apps y juegos como una forma que ayude a una mejor orientación.
Liderar implica trabajar de forma incansable para crear organizaciones y programas inteligentes. Y eso lo consiguen o están en posición de conseguirlo PORQUE hacen, escuchan, pregunta cosas interesantes, demuestran interés, actúan con firmeza pero con flexibilidad, aportan caminos constructivos, incentivan la tenacidad y el trabajo bien hecho, saben planificar lo complejo, piensan que cada pequeño avance es una pequeña victoria, reportan energía y vitalidad al equipo, reducen el esfuerzo emocional que se precisa para convertir el conocimiento en acción, dan espacio al fracaso y a la crítica, refuerzan, buscan el equilibrio entre la competencia y la colaboración, juegan con que el mérito no es cuestión de uno, y sabe valorar el trabajo en equipo, saben que “influir en las acciones de los demás es imposible a menos que logre traducir el saber en medidas que las personas puedan comprender y aplicar”, saben del trabajo diario y son capaces de hacer cualquier cosa que hace cualquier persona del equipo, tienen CARISMA, anticipan realidades y oportunidades donde otros no las ven, tienen gran capacidad adaptativa, aportan curiosidad y aprendizaje continuo, trabajan con el optimismo, comparten su visión creando un gran equipo, practican y disfrutan, residen sus puntos fuertes más en valores humanos que en competencias gerenciales, es gente activa, tienen ingenuidad, son capaces de sorprenderse, no creen que lo saben todo, se han ganado la confianza de los demás, se lo cuestionan todo y quieren ampliar sus conocimientos lo máximo posible, están deseando correr riesgos, experimentar y probar experiencias nuevas y tienen sólidas anclas de autocontrol, autoconocimiento y respeto por el otro.
Y el liderazgo emergente es importante que sea con H-alma, con Honestidad, Humildad, basada en Hechos, con Habilidades, con Humor y con Heroísmo, porque el cambio empieza en cada uno de nosotros.Por una gestión humanizada que empieza por ti.