“La gestión antes, después y en tiempos de COVID-19 hay que hacerla con corazón y alma; debemos de trabajar con alma, corazón y vida. Es fundamental para una mejor gestión sanitaria”, sentencia Joan Carles March, médico, comunicador y profesor de la EASP, que ha sido uno de los ponentes del primer Webinar, organizado por HUGES (Humanizando la gestión sanitaria) bajo el sugerente título “La gestión con corazón en tiempos de COVID-19”, en el que participaron más de 60 profesionales sanitarios, entre médicos, enfermeras, celadores, administrativos, entre otros.

Humanizar la Sanidad es uno de los grandes retos de muchos profesionales sanitarios. Conscientes de que no se puede humanizar la asistencia sin una gestión sanitaria humanizada, surgió el proyecto HUGES, que desde su creación ha optado por una conformación integradora, incluyendo a distintos profesionales: médicos, enfermeros, psicólogos, informáticos, economistas, etc.

Precisamente por ello en el Webinar participaron también Chelo Artero, directora de Enfermería de la Agencia Sanitaria Poniente; subdirectora durante 13 años en la misma; enfermera gestora de casos en Atención Primaria, durante cuatro años, así como enfermera asistencial de Atención Primaria y Hospitalaria. Otro de los intervinientes fue Juanjo Muñoz, auxiliar de Enfermería, auxiliar sanitario/celador del Hospital Clínic de Barcelona.

Tal y como reseñó el conductor del evento, Pedro Jaén, miembro del equipo directivo de HUGES, los tres sanitarios tienen en común “que creen firmemente en la gestión y el liderazgo desde la humanización, que en tiempos del coronavirus nos ha dado muchas lecciones; nos ha obligado a hacer muchos cambios y en ocasiones liderados por gente como ellos. Porque la gestión en esta pandemia ha sido desde el corazón, el respeto, la humanización y el valorar a las personas; porque el currículum más importante es el ser personas”, remarcó.

En opinión del profesor March, para realizar una gestión con corazón y alma hay que empezar a hacer las cosas de forma distinta a como se están realizando en estos momentos. “Se tiene que cambiar de prisma y, para ello, las palabras son muy importantes, porque cuidan y curan y nos ayudan a relacionarnos mejor con los demás”.

En esta línea, aboga por  los trabajos conjuntos. Todos los participantes tienen que tener la posibilidad de poder decir su opinión y sentirse partícipes de la historia. Sostiene el doctor que de la gestión de la pandemia ha sacado conclusiones importantes. “La primera sería que si queremos cuidar mejor a los pacientes, hay que atender mejor a los profesionales. En segundo término, hay que generar elementos de creatividad y más cuando los recursos son escasos. En tercer lugar, fomentar, como se ha hecho estos meses, el trabajo en equipo, al tiempo que potenciar la comunicación, los equipos multidisciplinares. Y, por último, crear alianzas entre proveedores, pacientes colectivos ciudadanos, asociaciones… Esta  ha sido una idea clave en el COVID-19”, remarcó March.

Liderazgos humildes

Para ello, continúa explicando el profesor, se precisa un liderazgo clave y humilde. “Todo ello regado por una transparencia en los mensajes, claridad. No ocultar nada, porque si no se crea desconfianza. Y la palabra clave: humildad al trabajar en equipo”.

Porque todo esto permitirá, a juicio del investigador March, generar buenas prácticas. En este sentido, considera que  los profesionales deben ser proactivos siempre, “ya que hay que coger todos las riendas en situaciones de crisis” y en los equipos se debe de dejar claro quién tomará las decisiones durante la crisis. “Los profesionales en esta pandemia han tenido la sensación de que las decisiones se tomaban lejos”.

Se refirió también a la importancia de que los líderes tengan capacidad crítica, de reconocer sus fortalezas y debilidad. “Se necesitan liderazgos abiertos que implican que hay que gestionar antes las relaciones con las personas que los procesos; hay que compartir para generar confianza y construir con humildad, conectando con el equipo para crecer en empatía y emoción”, remarcó.

Consuelo Artero, enfermera y directora de Enfermería del Hospital de Poniente de Almería, presentó el proyecto “Poniente Contigo”, una iniciativa multidimensional para hacer que exista una integración total entre los profesionales y la institución, siempre desde el prisma de la humanización.

Gestionar el desapego

“Nos toca avanzar en estrategias basadas en las personas y en los valores y gestionar el desapego. Vivimos momentos de transformación profunda. Ahora hay que reflexionar como sociedad sobre nuestros valores, en medio del huracán, hay que aprender a vivir el cambio en el cambio. Nada volverá a ser como antes. Como gestores sanitarios hay que resituar a las personas en un nuevo escenario”, explica contundente.

Apunta que es el momento para que en las organizaciones y los centros sanitarios  se abandonen las inercias clínicas. Y esto supondrá un desafío para los equipos, pero tenemos que ser ágiles generando trabajos multidisciplinares “centrados en las personas”, añade Artero.

Por ello, aboga por trabajar  con herramientas que nos favorezcan y reúnan los equipos para compartir las experiencias vividas, “al tiempo que buscar fórmulas para garantizar que las estrategias en las organizaciones estén alineados  para fortalecer el trabajo en valores”, remarcó la enfermera, al tiempo que se refirió con satisfacción al Proyecto ‘Poniente contigo’, una herramienta para liderar desde el corazón, que puede ser extrapolable a otros centros del SNS.

El celador, la cara visible del paciente

Juan José Muñoz, jefe de equipo de personal auxiliar sanitario del Hospital Clínic de Barcelona, contó sus vivencias durante la crisis sanitaria por la COVID-19, destacó la importancia del trabajo en equipo y el rol del celador en el mismo.

“El celador cada vez está más ligado a la asistencia incorporándose a los equipos de Enfermería; en ocasiones, el paciente es a la primer y a la última persona que ve, porque estamos presentes en muchos procesos; su figura se ha profesionalizado, aunque todavía reivindicamos que se nos eleve al nivel 2 dentro del catálogo de cualificaciones profesionales”, explicó.

Para Muñoz, la humanización es poner en valor la dignidad e individualidad de cada persona y cuidar al profesional. “Los pacientes se hallan en un medio hostil; eso les genera ansiedad. Una caricia, una palabra de tranquilidad o solo escuchar les ayuda tremendamente. No hay nada más humano que entrar en una habitación, presentarte y darle los buenos días, al tiempo que explicarle lo que le van a hacer preservando siempre su intimidad”, recalca. “También estamos en contacto con los familiares, porque estamos hablando de crear empatía. En tiempos de COVID-19 hubo mucha empatía, ya que eran ellos los que se preocupaban por nosotros”, subraya con emoción.

En esta crisis sanitaria, los celadores han jugado un papel importante en los centros hospitalarios, aprendiendo sobre la marcha, adecuándose a los protocolos, pero ha sido fundamental el trabajo en equipo. “Se crearon equipos disciplinares, realizando en pocas semanas más de 13.000 traslados”, explica, mientras indica que “también tuvieron miedo a contagiarse ellos y a sus familiares. El estrés postraumático existe y los cargos intermedios tendrán que cuidar de los profesionales. Han sido dos meses intensos y ahora toca priorizar los descansos para que todos podamos recargar pilas”.

Muñoz remarca también el malestar del colectivo de celadores que fue catalogado por la Administración sanitaria como personal de bajo riesgo. “El Ministerio  de Sanidad parece que no conoce nuestras funciones”, apunta molesto.

Equipos multidisciplinares han llegado para quedarse

En la rueda de debate, se plantearon cuestiones como la importancia de la relación hospital-Primaria en momentos de crisis, así como las características de esta interrelación básica, así como si a partir de lo vivido en estos duros meses de pandemia se va a conseguir que los gestores sanitarios sean más humanistas, y procuren por el bienestar de los profesionales.

Como conclusión del webinar, podemos decir que los profesionales quieren que la gestión tenga corazón, el corazón que impulsa a los profesionales con coraje y talento, y a veces hasta con un toque de heroísmo, como ha indicado Joan Carles March. Los tres profesionales coincidieron al señalar que los equipos multidisciplinares han llegado para quedarse.

“Sin duda la humanización del sistema sanitario no tiene copyright, porque poner la H en el sistema es responsabilidad de todos”, apostillaron.