Núria Cuxart Ainaud

Diplomada en Enfermería y Licenciada en Humanidades. Máster en Gestión de Servicios de Enfermería por la Universidad de Barcelona. Finalizó los cursos de doctorado en Ciencias Humanas y Jurídicas de la Universidad Internacional de Cataluña.

Ha trabajado durante 11 años como enfermera asistencial del Hospital Clínico de Barcelona. Los 15 años siguientes ha sido enfermera gestora de la Fundación Hospital de Mollet. Ha colaborado como profesora en la Facultat de Ciències de la Salut Blanquerna de la Universitat Ramon Llull y ha intervenido en numerosas actividades de formación continuada en clases magistrales, seminarios o talleres y en la coordinación docente y dirección de otros.

Es autora de publicaciones en revistas científicas y ponente en diferentes conferencias, mesas redondas y comunicaciones científicas y ha participado en proyectos de investigación.

Sus principales líneas de trabajo se centran en los procesos de adopción de modelos conceptuales enfermeros y en todas las cuestiones relacionadas con la estructura profesional enfermera.

Actualmente ocupa el cargo de Directora de Programas del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Barcelona, es la Decana del Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya, responsabilidades que compagina con la de profesora asociada de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona.

 

 

  1. ¿Qué es para Ud la humanización?

La humanización es el proceso a través del cual se intenta que las acciones que realizamos cada día y a cada momento se basen en el compromiso con el reconocimiento de que todo ser humano, por el mero hecho de ser persona, tiene un valor intrínseco, único e incondicional que le confiere dignidad independientemente de cualquier circunstancia. La humanización es, a mi modo de ver, toda actuación des del convencimiento de que la dignidad de la persona no se conquista, sino que se posee. Así se expresa en el Código de Ética de las Enfermeras y Enfermeros de Cataluña, que por supuesto suscribo, y a la que añadiría que por lo que a la dignidad se refiere no hay “pero” que valga: se respeta.

  1. ¿Tiene alguna experiencia personal en el mundo de la humanización de la sanidad?

Quiero pensar que muchas. Desde mis años de enfermera en unidades pediátricas -que son una escuela en este sentido- hasta el paso por la gestión, que es otra escuela de requerimientos de humanización. Convencida que cada acto de cuidado enfermero es un avance para la humanización de la sanidad.

Las propuestas del cuidar compiten con gigantes como el fuerte enfoque biologista, la excesiva medicalización y los intereses por el mantenimiento de un poder que difícilmente persistiría en un modelo de liderazgo compartido de verdad centrado en las personas, donde la toma de decisiones pivote sobre quién mejor puede hacer cada cosa.

La humanización de la sanidad pasa irremediablemente por la apuesta por el cuidado y mis experiencias personales como enfermera asistencial, docente o gestora han sido todas aquellas donde el cuidado ha sido el eje que ha guiado la acción.

Aunque de verdad de las buenas, es necesario recordar aquello de que “la palabra convence pero el ejemplo arrastra”. Comprendes del todo la humanización cuando la percibes en ti misma.

  1. ¿Cómo humanizaría el mundo de la gestión?

Empezando por el principio y haciendo una llamada general para recordar que la gestión es el instrumento que nos permite hacer las cosas posibles. Pero que como instrumento que es, así hay que entenderla sabiendo que existe un objetivo final que no solo lo trasciende, sino que lo justifica. Una cosa es el instrumento y otra muy distinta lo que se quiere conseguir con él. Y la “pregunta del millón” siempre es: ¿Qué pretendo con mi gestión?

Siguiendo por un diagnóstico honesto y una reflexión conjunta entre gestores y profesionales en el seno de las organizaciones donde trabajamos. Los unos y los otros nos deberíamos retroalimentar. Si nos preocupamos por la humanización de la gestión es porqué la entendemos deshumanizada. Y la deshumanización está directamente relacionada con la despersonalización, con la pérdida de los atributos humanos, la relación profesional, la conversión de la persona en un objeto, su cosificación, que la sitúa como objeto pasivo de cuanto acontece sobre ella y en torno a ella. Y me refiero a todas las personas: profesionales y personas que atendemos incluyendo su entorno significativo.

Si esto es así, quizás una tercera etapa de este proceso de humanizar el mundo de la gestión, podría consistir en poder confirmar que existe una confluencia de objetivos. Es decir, asegurando que los objetivos de los profesionales gestores y asistenciales están acordados, y que a pesar que desarrollan roles distintos en la organización coinciden en el objetivo principal de bienestar de las personas que atendemos.

  1. ¿Opina que los valores y la ética van de la mano a la hora de re-humanizar la organización?

No es posible una cosa sin la otra. Avanzar en la consolidación del cuidado como referente ético debería ser el reto y es muy probable que en el contexto de la ética del cuidado descubramos como hacer aflorar su capacidad transformadora.

Nuestras organizaciones las componen personas que trabajan con personas en situaciones complejas tanto relacionadas con la educación y la promoción de la salud como el abordaje de la pérdida de ella. Por medio de valores como responsabilidad, autonomía, intimidad, confidencialidad, justicia social o compromiso profesional se pueden impulsar actitudes y comportamientos que nos ayuden a conseguir una atención para la salud más y mejor humanizada.

  1. ¿Dónde debe iniciarse la humanización?

Quizás puede parecer un atrevimiento pero creo que la humanización, en general, debe iniciarse en uno mismo. En este sentido pienso que debería intentarse que se iniciara en la edad más temprana posible. Como es el caso de la promoción de la salud y como debería ser el caso del cuidado.

Pero como intuyo que tenemos lejos la puesta en marcha de una iniciativa de estas características, propondría empezar por valorar la adopción de la ética del cuidado en nuestras organizaciones. Descubriríamos que aporta una manera diferente de afrontar y resolver las situaciones de vida cotidiana pero también facilita nuevas maneras de organizar-nos, hace compatible razón y sentimiento, fomenta el compromiso de las personas entre sí y propone el diálogo como el instrumento clave, entre muchas otras.

El cuidar es una auténtica revolución porque capacita a las personas para tomar decisiones, porque habla de salud tanto como de enfermedad y porque pone contra las cuerdas la priorización actual de los objetivos y de los recursos destinados a la atención para la salud. Y aquí es donde tenemos la grandísima dificultad a la vez que se convierte en nuestro gran reto. Y por ello, a no ser que pongamos manos a la obra con toda la contundencia que seamos capaces, no giraremos este enfoque a favor del cuidado profesional. Y sin cuidado no hay humanización.

También las propuestas des de la mediación en salud son un buen abordaje: políticas, prácticas y líneas estratégicas en gestión de personas y de los conflictos en el seno de los equipos, mediante los recursos que aporta la mediación. Ejemplo: Gloria Novel Martí, enfermera licenciada en Ciencias Políticas y Sociología y doctora en Mediación, acumula experiencias de éxito demostrado en este sentido.

  1. ¿Conoce a algún personaje histórico que fuera humanizador?

Afortunadamente varios. Pero quizás hoy destacaría Pere Casaldàliga, religioso, escritor y poeta, vinculado a la teología de la liberación y defensor de los derechos de los más vulnerables. Activista de los principios básicos del humanismo, siempre fue coherente con lo que defendió como que el progreso tiene que ser humano o la perseverancia en el reconocimiento de la dignidad e igualdad de todas las personas, con la respectiva identidad: Todas iguales, todas diferentes.

  1. Por su experiencia como gestora enfermera como cree que debería enfocar el Proyecto HUGES sus actividades?

HUGES ya es un referente dentro de las diferentes iniciativas a favor de la humanización. HUGES tiene como nadie el conocimiento de la situación y, por ello, de cómo enfocar sus actividades.

¿Cómo lo imagino?  Lo imagino persistiendo en su labor: Uniendo personas que atendemos, profesionales y gestores para acordar acciones conjuntas, proponiendo buenas prácticas, impulsando la evaluación de las mismas. Persistiendo, persistiendo y persistiendo.

  1. HUGES se ha sumado a Nursing Now, que puede aportar HUGES a este reto mundial?

Nursing Now es una campaña global a la que todos estamos llamados. Se ve reforzada por la declaración del año 2020 como el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona por la Organización Mundial de la Salud. Un año sin duda motivo de celebración pero especialmente de compromiso de todas las enfermeras y los enfermeros. Es año de visibilización, de reconocimiento y de impulso para el liderazgo de todas las enfermeras y su aportación a las personas, familias y comunidades, sea donde sea que se lleve a cabo esta aportación.

HUGES puede aportar, ni más ni menos, lo que ya aporta: ideas, debate conocimientos y resultados relacionados con la humanización de la gestión. Es momento de mostrarse. Serán muchas las miradas que van a estar pendientes de nosotros y de nuestras respuestas. No podemos defraudar.

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