Mónica López Ventoso

Hoy nos visita Mónica López Ventoso, gestora enfermera con gran trayectoria profesional para darnos su visión de la H en nuestro #cafeHUGES

  • Diplomada en Enfermería por la Universidad de Oviedo
  • Postgrado universitario en el área quirúrgica por la Universidad de Oviedo
  • Diferentes perfiles de especialización en unidades especiales (Urgencias, UVI, Radioterapia)
  • Máster en Gestión de Servicios de Enfermería por la UNED
  • Máster Universitario en Administración Sanitaria por la ENS-UNED
  • Auditor calidad en ISO 9001:2015
  • Gestión por procesos

Enfermera desde 1999: Supervisora del área quirúrgica entre 2009-2014 en el Hospital del Oriente de Asturias, Directora enfermera del Sanatorio Covadonga (Gijón) 2015-2018, Supervisora área de Servicios básicos desde 2019 en el Hospital del Oriente de Asturias.

Bloguera en www.quironautas.com y tuitera de pro en @Moni_Ventoso.

Miembro y socia fundadora de AccióN Enfermera.

¿Qué es para Ud la humanización?

Siempre me ha gustado tirar de diccionario cuando emito una definición dentro de un trabajo o un artículo, partir de cero y construir una impresión sobre un tema desde lo que se entiende comúnmente por algo. Así que fiel a mi tradición, diré que según la RAE la humanizar  es:

  1. tr. Hacer humano, familiar y afable a alguien o algo.
  2. prnl. Ablandarse, desenojarse, hacerse benigno.

Y como no creo que en sanidad seamos duros, estemos enfadados o seamos malos, me decanto por la primera acepción.

Supongo que humanizar, es sencillamente hacer sencillas las cosas para alguien cuando atraviesa un entorno no voy a decir hostil, pero sí extraño.

Eso por tanto puede aplicarse a cualquier ámbito. Teniendo en cuenta el hype que tiene hoy en día el tema de la humanización, realmente podemos humanizar cualquier cosa, hasta la vuelta al cole.

¿Tiene alguna experiencia personal en el mundo de la humanización de la sanidad?

Puedo darte la respuesta corta o la larga… si quieres la respuesta corta, te respondería simplemente:

-Claro, soy Enfermera [risas]

Si quieres la respuesta larga, creo que absolutamente nadie que se dedique a la salud en este país pueda decir que no tiene alguna experiencia con la humanización.

Cualquier enfermera que entra a un cambio de turno, por cierto unos 15 o 20 minutos antes de lo que se supone que es su jornada laboral, está humanizando su servicio. La información de un sencillo cambio de turno no es solo un conjunto de información técnica y clínica sobre la evolución de los pacientes, si eso fuera nos dedicaríamos simplemente a leer la HC, en un cambio de turno también comentamos el estado del paciente, el apoyo familiar de que dispone, su estado social, su capacidad de comprensión, nos recordamos si tiene una cita pendiente por la que tengamos que avisar, o cosas tan mundanas como que le echemos más leche al café porque le gusta tibio… hay mucha más humanización en el día a día de cualquier servicio de lo que se piensa.

¿Como humanizaría el mundo de la gestión?

Repitiendo constantemente dos cosas que nos enseñaron de niños: por favor y gracias. Algo tan sencillo como eso y ponerse en la piel del otro, colabora en gran medida con una gestión adecuada, son las primeras piedras.

En ocasiones las normas y las leyes no nos permiten ser tan flexibles como quisiéramos y en otras, algunos las emplean para que los profesionales sean eso, excesivamente flexibles.

Una gestión profesionalizada, por personas capaces con conocimientos profundos no solo de gestión sino también de la realidad organizativa de sus servicios y aptitudes como un talante adecuado para manejar equipos, ayuda a una toma de decisiones correctas que redunden en un criterio que sea positivo para el profesional y por supuesto para el usuario.

La gestión humanizada no es que el responsable de un servicio sea más o menos agradable o sonría al pedirte algo porque si ese algo no es ecuánime o no se ajuste a las leyes y normas de poco sirve. Una gestión humanizada es hacer sencillo el entresijo normativo, es ser justo, dar ejemplo y fomentar el trabajo en equipo,  que te premien por tu disposición y profesionalidad, que reconozcan tu talento y lo impulsen, que escuchen y comprendan… porque dos más dos a veces no son cuatro…

¿Opina que los valores y la ética van de la mano a la hora de re-humanizar la organización?

Espera un momento… ¿por qué hay que RE-humanizar? ¿Estamos seguros que las organizaciones no están humanizadas?

Quizá haya donde no, pero me da mucha rabia asumir que se da por sentado que en los servicios de salud no somos humanos… ¿Somos robots? [risas de nuevo] ahora en serio, no creo que haya que re-humanizar nada, creo que solo debemos tener muy presente la importancia de la empatía para con el paciente y el profesional.

Por otro lado más que ética y valores, que pueden venir condicionados por la cultura o incluso las creencias de cada uno, yo hablaría de profesionalidad, eso es lo más universal que podemos encontrar en salud. Ser profesional implica ejercer tu trabajo en beneficio de los cuidados del paciente basados en la ciencia y la evidencia. Y desde luego la empatía, la dinámica de grupos, el liderazgo, la motivación, la escucha activa, el clima laboral… no dependen  de la ética o los valores, sino que están avalados por la ciencia y la evidencia que nos hace profesionales.

¿Dónde debe iniciarse la humanización?

Nacemos con ella, el ser humano, salvo excepciones claro, es empático por naturaleza, los niños se preocupan de otros niños si los ven llorar, sonríen cuando piden algo, contagian su risa… la humanización se inicia en la propia sociedad, quizá más que hablar de organizaciones deshumanizadas… tendríamos que hacer un repaso de cómo es la sociedad actual…

Dentro de la formación de profesionales es importante recalcar todas estas habilidades, pero no ya desde una perspectiva “humanizadora” sino como expuse antes dentro de un esquema científico. Son herramientas que toda persona que se dedique al mantenimiento y cuidado de la salud debe saber manejar para con sus pacientes y compañeros si pretende un desempeño eficiente.

Y desde luego quien no tenga humanidad para con sus semejantes, al menos la parte que nos es innata como decía al principio, dudo mucho que llegue a alcanzar ningún logro como profesional, pues como dice Howard Gardner: “Nadie que sea mala persona, puede llegar a ser buen profesional”.

¿Conoce a algún personaje histórico que fuera humanizador?

Supongo que siempre ensalzamos gestas heroicas de defensores de la Fe, al menos de la suya, como personajes humanizadores, abnegados, voluntariosos y vocacionales que atendían a pacientes en las peores condiciones con una sonrisa en los labios… supongo que eso también es humanizar, de lo que sí estoy segura es que cada día, en cada hospital de este país en cada centro de salud, en cada consultorio periférico lejos de todo, hay un Profesional que se preocupa de sus pacientes, que hace lo posible por hacerles llegar sus cuidados, por evitarle el sufrimiento y por hacerle más fácil y más cercano el intrincado mundo sanitario a pesar en muchas ocasiones de las condiciones en las que trabaja.

Por su experiencia como profesional sanitario gestor como cree que debería enfocar el Proyecto HUGES sus actividades?

En la clausura del Master Universitario en Administración Sanitaria que finalizamos hace apenas unos meses en la Escuela Nacional de Sanidad, tuve el honor de dirigirme a mis compañeros con un breve discurso. En él hacía hincapié en la importancia de tomar conciencia de la responsabilidad que supone asumir un puesto de gestión. Y no solo eso, sino además estar comprometido con la organización y el sistema al que pertenece. Esa responsabilidad y compromiso significa que deben tomarse las decisiones más adecuadas para el correcto funcionamiento de los servicios y por supuesto por mantener el sistema eficiente. La toma de decisiones es en ocasiones sencilla y en ocasiones complicada de llevar a cabo y comunicar.

Trabajamos con el mayor valor que puede poseer una empresa, en este caso la del sistema sanitario: el capital humano. Su conocimiento, experiencia, formación, sensibilidad, y por supuesto humanidad, son los bienes más preciados de que disponemos. Gestionarlo adecuadamente para impulsar todo su potencial y lograr metas conjuntas es todo objetivo a cumplir. Y sin embargo quizá al que más se olvida (o elude) es al propio gestor. Tenemos la idea en la mente de que son “nubes” [risas] que aparecen para estropearnos el día, o que nos observan desde sus sillones regodeándose en nuestra mala fortuna, pero no es así (¡al menos no siempre!). Así que para aquellos que amenazan lluvia es imprescindible la formación en las cualidades que llevamos todo el rato nombrando: empatía, liderazgo, motivación de equipos, manejo de conflictos etc. Todas ellas pueden ser un excelente punto de partida, y desde luego, aquellos que no sean capaces de manejar esas herramientas deben dejar espacio para los que sí tienen esa capacidad.

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