Comunicación, respeto, empatía, motivación, escucha activa, formación, honestidad, toma de decisiones, adaptación al cambio y coherencia: 10 para el 10 en humanización de la gestión
Hoy para celebrar el primer año del Proyecto HUGES tenemos el gran honor de contar con la colaboración de Joan Carles March, doctor en medicina, codirector de la Escuela de Pacientes, gran entusiasta y divulgador de la atención sanitaria con H-alma.
Un movimiento se hace haciendo, se hace con hechos, se hace con actividades que favorezcan el cambio en las maneras de hacer y mejorar la manera en cómo se gestionan los proyectos y las organizaciones en el sector salud.
Para generar y gestionar la confianza en los proyectos de gestión, es necesario incorporar en el como, muchos aspectos que pueden ayudar a facilitarlo y conseguirlo.
Un movimiento que se mueve en ese sentido es el Proyecto HUGES, un proyecto que busca HUMANIZAR la gestión.
Cuando hablamos de humanizar la gestión y el liderazgo, es necesario pensar en palabras que ayuden a tener en cuenta que ponerle alma, corazón y vida a los proyectos permite humanizarlos. Y todo ello, porque la técnica sin alma sirve de poco.
Ante esta visión, es importante trabajar desde la perspectiva de utilizar ese conjunto de palabras como son comunicación, respeto, empatía, motivación, escucha activa, formación, honestidad, toma de decisiones, adaptación al cambio y coherencia, junto a otras palabras con h, para que nos ayuden a que la humanización sea una clave en el cambio.
Para ello, es necesario utilizar palabras con h-alma, que ayuden a ese cambio en la gestión.
Empezamos por la honestidad y ligada a la misma, la coherencia. Honestidad es símbolo de gestionar desde la actividad previa de pensar antes de decir y hacer. Ligada a ella, hablamos de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que se dice y cómo se dice. Honestidad es la virtud que consiste en decir la verdad, ser razonable y justa y actuar de manera íntegra. Es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente (COHERENCIA con los valores y creencias). Quien obra con honradez se caracteriza por la integridad con la cual procede en todo en lo que actúa. La honestidad puede entenderse como el respeto a la verdad, a los hechos y a las personas; en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo. Y eso implica plantearme cuál es HONESTAMENTE mi objetivo, previo a la entrada a una reunión, a una entrevista, a ….
Sabemos que necesitamos gestores cargados de humildad, con capacidad de aprender y asombrarse, que no creen que lo saben todo sino que su capacidad de sorpresa está abierta a cualquier aspecto que puedan incorporar. Cualquier directivo/a, por muchos años de experiencia y conocimientos que posea, debe estar abierto a aprender cada día de quienes le rodean. Además, si has conseguido algún logro y es gracias a la labor de un equipo no te lo puedes atribuir como propio. Cuidado con el ego. Porque el ego hace daño y te hace daño. Y el ego se nota por ser una inflamación patológica del yo. Y se nota en la realidad cuando se juntan en nosotros un conjunto de aspectos como cuando juzgamos a las personas, cuando ponemos problemas donde no los hay, cuando necesitamos tener razón, cuando minimizamos al otro, ….La clave es por tanto, cómo somos capaces de gestionar nuestro ego. La humildad es la sabiduría de aceptar nuestro nivel real evolutivo. Y la humildad es una virtud moral contraria a la soberbia, que posee el ser humano al reconocer sus habilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas para obrar en bien de los demás. La humildad permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable, en la medida en que uno se vuelve humilde adquiere grandeza en el corazón de los demás. Y ante cualquier situación, es fundamental tener activado el PGP: Perdón, Gracias, Por favor.
Necesitamos gestores cargados de humildad
Las personas que trabajan en la gestión necesitan tener nuevas habilidades y entrenarlas. Ello les permitirá pasar de las palabras a los hechos. Todo ello implica tener talento, horas de práctica (entrenar, formarse) y una dosis de autocrítica constructiva y amorosa que ayude a reinterpretar las acciones en función de los beneficios y la percepción que genera entre las personas a las que implica. Esa práctica ética basada en predicar con el ejemplo y transformar los dichos en hechos, es importante que se base en la inteligencia emocional. Y que ésta esté basada en la conciencia de uno mismo, la conciencia social y la gestión de las relaciones. Las personas con cargos de gestión necesitan hacer sentir el reconocimiento del saber de nuestros profesionales. RECONOCER es tan importante que se escribe igual al derecho que al revés. Reconocer es apreciar. Reconocer es hacer la vida mejor de quién tienes al lado. Reconocer es regalar afecto. Reconocer es agradecer un detalle, un esfuerzo, una actitud. Reconocer es decirle al otro que es importante, que lo que hace es importante, que lo que hace tiene un sentido. Cuán importante es RECONOCER y cuanta falta hace que se trabaje más y mejor el RECONOCIMIENTO que deben hacer cotidianamente los/as directivos/as para fomentar la motivación.
Las personas con cargos de gestión necesitan hacer sentir el reconocimiento del saber de nuestros profesionales
El sentido del humor es una herramienta que se puede emplear en nuestro entorno sanitario ya que el esfuerzo de un profesional en su trabajo y el humor son compatibles. Que el humor de por sí es sano es algo que todos tenemos claro porque se ha demostrado científicamente, pero su impacto en el trabajo y en la organización sigue siendo poco conocido, cuando es muy importante extender el humor al día a día de la organización, para que esta forma de trabajar de las personas en gestión perdure con el paso del tiempo. El humor permite generar experiencias divertidas, que hace el trabajo por parte de los y las gestoras la vida más agradable, incluso saludable, facilitando la interacción entre unos y otros y contribuyendo a mejorar la motivación. El humor tiene una serie de efectos positivos en el trabajo gestor, al generar buenos estados de ánimo, contribuir a eliminar la negatividad y a mejorar y relajar el ambiente, incrementar la confianza entre las personas que conforman el equipo de dirección y reducir el estrés. La mente funciona mejor cuando le decimos lo que es bueno hacer en lugar de decirle lo que no debemos hacer. Por todo ello, es fundamental entrenar nuestro cerebro para que nos permita pensar en positivo ya que lo positivo abre y que lo negativo cierra, que lo positivo construye y lo negativo destruye, que lo positivo genera confianza y lo negativo, incertidumbre. Estos efectos positivos contribuyen al humor como una herramienta que sería importante utilizar más en la gestión de equipos y profesionales.
Junto a estas ideas clave en la gestión, entre otras, es básico poner el heroísmo en la frente. La clave de heroísmo es tener claro que el cambio empieza por uno mismo, que es necesario planearse una posibilidad de transformar lo que hay, trabajándose el yo conmigo para poder tener un buen yo contigo y junto a ello, un nosotros. Se necesitan gestores héroes y heroínas cotidianas que luchen contra la mediocridad y la chapuza. Para ello, es importante practicar un heroísmo discreto y cotidiano. Este es el tipo de heroísmo que necesitamos: que contagie valor, dignidad, calidad y compromiso. Para ello, es básico el coraje y el talento.
Se necesitan gestores héroes y heroínas cotidianas que luchen contra la mediocridad y la chapuza.
Y ese proceso necesita de un elemento fundamental: la comunicación. La comunicación, basada en el respeto, la empatía, la confianza mutua y la comprensión, no debe ser únicamente el instrumento para que el profesional obtenga la información necesaria para hacer bien el trabajo, debe también ser una oportunidad para el diálogo y la generación de vínculos donde el profesional se sienta escuchado de forma activa y para que se sienta partícipe.
Todo ello conforma un liderazgo ético que conlleva no sólo hacer las cosas bien, sino ser coherente con lo que uno dice y luego hace, mirando no sólo en favor de los miembros de la organización sino respetando a todos los grupos de interés de la organización, adaptándonos al cambio con flexibilidad y adaptabilidad. El liderazgo ético se basa en comportamientos éticos. Los verdaderos líderes actúan con ética e integridad, lo que les otorga mayor credibilidad, al tiempo que generan confianza en el equipo. Son facilitadores de la atracción y retención del talento. Hoy más que nunca las organizaciones necesitan de este tipo de líderes, respetuosos con la dignidad humana y potenciadores de las habilidades de los profesionales. El siglo XXI trajo una crisis de valores y de confianza, y las organizaciones se han dado cuenta de la importancia, hoy más que nunca, de la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas. Los directivos tienen que ser un modelo y un ejemplo en la toma de decisiones complejas, además de saber motivar. Les corresponde a ellos modelizar y establecer estándares éticos. Deben contar con códigos de conducta que estén vivos y que además se vivan dentro de la organización.
Se necesitan líderes, respetuosos con la dignidad humana y potenciadores de las habilidades de los profesionales
Y ello, es posible, utilizando todas esas palabras con h-alma: honestidad y coherencia, humildad y humor, habilidades y heroísmo. Estas son las claves de humanizar la gestión. Estas son la claves del Proyecto HUGES hecho con comunicación, respeto, empatía, motivación, escucha activa, formación, honestidad, toma de decisiones, adaptación al cambio y coherencia. 10 para el 10. Así lo necesitan los servicios sanitarios.
Larga vida para un proyecto con h-alma.